De Agencia ALC
"Dios nos guiará por sendas de justicia". Mensaje de la Asamblea Metodista
Buenos Aires, miércoles, 19 de agosto de 2009 (ALC) - Andar por senderos de justicia es comprometerse en la construcción de una sociedad que promueva el desarrollo de la vida humana en una auténtica comunidad justa, libre y solidaria, dice el Mensaje de la XXI Asamblea General de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina (IEMA).
El Mensaje- que reproducimos completamente- fue aprobado por la XXI Asamblea General de la IEMA celebrada en el Colegio Ward entre los días 15 al 17 de Agosto, bajo el lema "Dios nos guiará por sendas de justicia". La historia de nuestro mundo ha estado marcada en estos últimos años por señales complejas y contradictorias. Los embates de políticas neoliberales proveyeron falsas ilusiones que destruyeron las esperanzas y el futuro de millones. Una ideología de mercado que subyugó a algunos cegándolos a las necesidades de muchos otros y convirtiendo la codicia en el incentivo básico. En este contexto juega un papel significativo el incesante afianzamiento del poder en la transnacionalización de la economía y la mayor dependencia en el campo de la información junto a la concentración de la propiedad de los medios de comunicación. El usufructo de tal situación está en las manos de un puñado de países, mientras el acoso de la pobreza y la deuda externa impiden una vida digna a la inmensa mayoría de los seres humanos. Gobiernos corruptos incitados por empresas nacionales y trasnacionales corruptas fueron sostenidos por medios de comunicación que hablaron maravillas de un ficticio mundo que hoy vemos desmoronarse estrepitosamente, pero que se niega a reconocer la falacia de sus presupuestos. Deploramos la continuidad que este sistema que genera pobreza y marginación y consolida la acumulación de riqueza abriendo paso a la corrupción y la falta de transparencias en el uso los recursos públicos. Al pensar en la historia de nuestro propio país, no deja de asombrar que, a pesar de las enormes frustraciones vividas, de las promesas incumplidas, la necesidad de creer y esperar no fue abandonada. Por eso, hoy, es muy valioso poder celebrar más de 25 años de vida democrática, como fruto del esfuerzo de muchos. Sabemos que este proceso democrático tiene sus limitaciones y flaquezas, pero también sabemos que reclama el aporte de todos para mejorarlo y afianzarlo. Aporte para consolidar las cosas que se han hecho para pagar algunas de las muchas deudas que esta situación creó y para seguir reclamando y trabajando por las cuestiones pendientes que la comunidad toda necesita. Valoramos la constitución de una nueva Corte Suprema, el juicio a los responsables de la dictadura, pero lamentamos la demora de esos procesos y reclamamos por una más eficiente e independiente justicia. Valoramos que muchos haya podido acceder a la jubilación y las mejoras introducidas en estos años, pero serán necesario más esfuerzos porque la mayoría de los jubilados hoy reciben una magra retribución. Valoramos la creación de muchos puestos de trabajo en estos años, pero aún hay un porcentaje muy grande de trabajadores subempleados y desempleados que no cuentan con derechos laborales y previsionales a lo que se suma una alarmante situación en relación al trabajo infantil y la trata de personas.
Valoramos el apoyo brindado al desarrollo de la investigación científica y las acciones iniciadas tendientes a mejorar la calidad del sistema educativo. Al mismo tiempo estamos convencidos que deben redoblarse los esfuerzos para integrar las áreas de educación y salud, cuidando de nuestros niños y adolescentes, proveyendo la adecuada alimentación a la vez que erradicando el problema de las drogas como flagelos que hipotecan su futuro y el de la Nación toda. Valoramos la sanción de una ley nacional de educación sexual integral y los esfuerzo puestos en el programa de salud sexual y procreación responsable, pero nos preocupan los obstáculos puestos por distintos sectores políticos y religiosos para su cabal implementación que condenan con el silencio y la discriminación a muchos, como en el caso de embarazos no buscados y muertes por abortos en situaciones de clandestinidad en condiciones inseguras. Valoramos la libertad de expresión que hace a la esencia de la democracia, pero lamentamos la concentración monopólica de medios y la creciente trivialidad y parcialidad de sus contenidos. Por ello bregamos por una ley de comunicación democrática y plural con participación de toda la comunidad. Valoramos el desarrollo empresario y los esfuerzos de los trabajadores por rescatar sus fuentes de trabajo, pero aún estamos lejos de una genuina distribución de la riqueza que dignifique a nuestro pueblo. Valoramos que en varios países de América Latina gobiernos democráticos ponen en acción planes que procuran sanar las heridas de los más vulnerables a la vez que necesitamos fortalecer los lazos en el Continente y la defensa de los pueblos en democracia. Repudiamos enfáticamente el golpe de Estado en Honduras y sus consecuencias en el Continente y la brutal represión desatada a la vez que bregamos por una inmediata restauración democrática. Es creciente nuestra preocupación por el problema de la propiedad de la tierra. Así es muy preocupante que mientras los pequeños productores agrícolas y ganaderos se ven perjudicados, los grandes terratenientes y pools de siembra se enriquecen a la vez que ganan espacios de poder. Por su parte es deplorable la situación que padecen las comunidades originarias a quienes no se les reconocen sus derechos, mientras se intensifica la compra de vastas extensiones por parte de capitales extranjeros. Asimismo deploramos el uso indiscriminado del suelo con herbicidas y pesticidas que por su uso indiscriminado degradan el aire, el suelo y afectan la salud de la población tanto como la contaminación producida por las distintas explotaciones mineras por el uso de diversos productos químicos. Afirmamos todas estas cosas porque creemos que esta tierra y este mundo son preciosos para Dios. Su llamado a la fe significa estar unidos a todo nuestro pueblo, porque la nueva vida en Cristo se realiza en la comunidad solidaria y fraterna. El mensaje del Evangelio viene a nosotros como un aliento de aire fresco a nuestra vida y a nuestra lucha. Por eso podemos decir que este es un mensaje de esperanza que habla de un mundo en paz y justicia. Es en esa disposición de Dios para con todos nosotros que se percibe la nueva historia que quiere desplegar en lo hondo de la vida. Significa saber que el amor de Dios están cerca de su pueblo Nuestro país reclama del aporte de todos para que, dejando de lado intereses mezquinos, el egoísmo y la indiferencia hagamos de esta tierra – como lo ha afirmado ya hace muchos años nuestra Iglesia Metodista- "una comunidad en la que los recursos naturales y los productos del esfuerzo humano sean aprovechados íntegra y equitativamente, en la que todos tengan acceso a las condiciones que posibilitan una vida verdaderamente humana, sean partícipes de la cultura y de la educación, y tengan la posibilidades de expresarse creativamente." Lo reafirmamos porque confiamos que Dios nos guiará por sendas de justicia.
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