Buenas tardes:
Está muy buena el análisis que hace, eso es cierto porque hace falta que las iglesias se unan para poder hacer frente a las adversidades que se vienen, a veces me da pena ver como algunas iglesias basándose en sus propias denominaciones o directivas que imponen no participan, ni hacen participar a sus miembros a los eventos masivos que a veces organizan el CONEP o la Unicep, por ejemplo, los que son de los Pentecostales no participan en un evento que organiza los Bautistas o los de Camino de Vida y viceversa, así sucede también con los de las Asambleas de Dios, y esto es la causa porque muchos hermanos nuevos en su mayoría y algunos antiguos se retiran de esas iglesias y se van a otras y se sienten decepcionados porque ven esta desunión entre los mismos cristianos, otra observación, la última vez que asistí a un concierto de Marcos Witt, fue en el Estadio Nacional antes de que lo cierren para su refacción, en ese concierto observe que la mayoría de las personas que iban al concierto eran gente que podían pagar sus entradas que por lo visto eran caritas, por decirle que yo tuve que pagar S/. 100 soles para ver por el lado intermedio al cantante, ni tan cerca, cuanto habrán pagado los que lo vieron más de cerca?,con esto digo que de manera indirecta hicieron un poco de discriminación porque los hermanos que no tenían esa cantidad de dinero para pagar querían ver a Marcos Witt, pero como no podían entrar, simplemente se retiraron a sus casas, o sino no vienen, por eso no he visto a gente que venían de los conos periféricos entrar en ese concierto, menos a las personas que vienen de la sierra con sus ropas típicas, como una marginación a esos hermanos, por eso Dios los va a juzgar a los organizadores de ese evento (nada tiene que ver Marcos Witt con esto).
Por eso hermano, la idea sería que primeramente las Iglesias sean integradas, dando la iniciativa los pastores principales de cada una de ellas, segundo que cada pastor de esas Iglesias busquen la presencia de Dios, de rodillas, con humildad, luego incentiven a sus miembros para que participen en reuniones masivas de confraternidad, no importando la denominación, y así podemos dar a conocer a la Sociedad y al país que somos un pueblo muy unido, sería bonito volver a realizar esas campañas evangelísticas que en una época lograba reunir a multitudes en los estadios, si no puede ser en el Estadio Nacional, sería en el Estadio Monumental o explanada y en el estadio del Alianza Lima, así como en provincias, para recordarles, campañas como las que hacían el Hno. Yiye Avila, Hno. Pablo, Luis Palau y otros que hacían reunir al pueblo de Dios, esto es en el aspecto espiritual, y en el aspecto Social sería los conciertos masivos de cantantes cristianos, grupos musicales y teatro, así como realizar campamentos a nivel de iglesias grupos juveniles, de damas y familiar, creo que con esto podríamos hacer que las Iglesias se unan y así la sociedad vea que con esta unión estamos dando testimonio de que somos cristianos que si nos preocupamos por las personas que pasan necesidades, y así podemos ingresar e influir en el aspecto político de nuestro país, sin discriminar a nadie por que no pueda pagar una entrada ni tampoco decir “porque eres de esta denominación entras y si no no entras”, ni fijarnos en la vestimenta de las personas porque esto a lo franco hiere mucho, tan solo con la mirada nomás logran afectar a la persona a quien están mirando, yo misma le digo por propia experiencia, pero porque tengo madurez espiritual sigo en la Iglesia sirviendo a mi Señor, no importándome eso; pero ha habido muchos hermanos nuevos y débiles en la fe que se han retirado de la Iglesia por causa de esto y se han vuelto al mundo y cuando me encuentro con ellos y les digo que vuelvan a la iglesia no quieren regresar.
Otra cosa también sería invitar a los alcaldes de los distritos a que participen en esos eventos y otras autoridades, sin necesidad de obligarlos a que sean evangélicos, sino en forma voluntaria, si se puede, y tener participación en los eventos que organicen las municipalidades, aunque creo que ya lo están haciendo. Esa es mi opinión. Sobre el financiamiento, es cuestión de que cada Iglesia colabore, realizando actividades para crear un fondo.
Atentamente,
RITA A. P.
De: reespublica-bounces@evangelicosperu.com [mailto:reespublica-bounces@evangelicosperu.com] En nombre de Red de Funcionarios y servidores Publicos Evangelicos
Enviado el: Martes, 09 de Marzo de 2010 11:42 a.m.
Para: AEQUUS GROUP
Asunto: [Reespublica] Yo no quiero un Estado Laico (II)
martes 9 de marzo de 2010 Recuerdo con mucho cariño una tía que preparaba un estupendo “pie de manzana”. Ese dulce si que era una exquisitez y por supuesto la familia quería conocer el secreto. Ella siempre recordaba que lo fundamental era saber cuáles eran los ingredientes exactos y hacer la combinación apropiada. Veo después de caminar casi toda mi vida por el mundo evangélico que aun no tenemos claridad sobre cómo construir una Sociedad y Estado que promuevan una mayor dignidad humana y social desde nuestra perspectiva cristiana evangélica. Ese Estado entendido como aquella organización de poder cuyas características surgen de la presión de los grupos sociales y políticos más relevantes y cuyas políticas regulan la vida nacional. Me permito por ello dar algunas propuestas y explicar un rumbo que conceptualizo como “Estado Cristiano”. ¿Cómo entender un Estado Cristiano? Al escribir sobre este tema algunos pensaban que me estaba refiriendo a la sencilla receta de colocar un Pastor o sacerdote de Presidente del país. Déjenme decirles que después de mi experiencia con Restauración Nacional, quede sanado de tal aspiración. No estamos preparados para ello y sería un peligro para la propia iglesia. Otros pensaban que me refería a establecer un Estado, al estilo musulmán, con toda la intransigencia e intolerancia posible a otros modos de pensar, lo cual tampoco es correcto. ¿De qué entonces estoy hablando? De un Estado que tiene en su construcción de políticas públicas una profunda inspiración de principios cristianos. Un Estado que respeta la vida y el fortalecimiento de la familia, uno que sea intolerante con la corrupción, uno que se preocupe de resolver los problemas básicos del ciudadano, uno que vele por el fortalecimiento de las organizaciones cristianas que son al final la voz moral de un pueblo mayoritariamente cristiano. Esto sin duda no sería un Estado “neutro” como ahora proponen el CONEP (Concilio Nacional Evangélico) y UNICEP (Unión Nacional de Iglesias Evangélicas). ¿Vivimos hoy en un Estado así? Por supuesto que no. ¿Por qué no hemos sido capaces aún de influenciar en nuestra Sociedad y en el Estado? Básicamente por lo siguiente: 1. Nuestra frágil y escasa representatividad. No tenemos representaciones cristianas evangélicas de llegada nacional, con permanente participación en la opinión pública y con una agenda mínima que aceptemos todos los creyentes. Existen cuatro segmentos diferenciados que muestran la Comunidad Evangélica. Uno representado por el CONEP y otro más nuevo por UNICEP. El primero con más historia y participación sobretodo en el tiempo cruel de violencia política del país. La segunda mas novel pero que reposa sobretodo en el esfuerzo del Ps. Barriger y su iglesia “Camino de Vida”. Quedando dos segmentos mayoritarios de la comunidad evangélica que no están articuladas. Por un lado las iglesias libres, que suman cientos y la Alianza Cristiana con sus iglesias asociadas que ha tomado la decisión de generar un espacio propio. Es claro entonces que debemos fortalecer las representaciones y darles un ámbito nacional. Aunque las dos se denominan nacionales no se conocen sedes al interior del país y existen poblados conformados mayoritariamente por evangélicos que ni siquiera saben que existen representaciones. Por otro lado tampoco tienen convocatorias abiertas de participación lo cual las haría más representativas. 2. Falta de pronunciamiento público sobre los grandes problemas nacionales. Es público y notorio que en muchos temas en que los evangélicos estaríamos dispuestos a pronunciarnos, muy poco hemos escuchado a las representaciones evangélicas, mas bien si a las organizaciones católicas, que en muchos temas se vuelven referentes a seguir. 3. Falta de interés en la participación ciudadana. No se promueve la participación ciudadana de los miembros de las iglesias evangélicas, lo que nos brindaría tener mas agentes de opinión en espacios estatales de acuerdo a una agenda que debemos construir. Por ello muchos pastores creen que deben ser los interlocutores con el Estado cuando debemos formar creyentes entendidos de cómo realizar esa relación. La participación en el Presupuesto Participativo local es un buen inicio. 4. No se promueve la participación política de creyentes con capacidad de liderazgo. Y aquí marco una distancia con crear partidos confesionales. Creo que lo más sano es incentivar a los creyentes a que ingresen a los partidos políticos existentes. Pero al mismo tiempo cuidarlos por el difícil entorno en el cual se desenvuelven. 5. No existe una pastoral y cuidado específico de parte de las iglesias sobre los miembros que vienen desempeñando funciones en el Estado, muchos de ellos con decisiones que afectan miles de peruanos y que afrontan pesadas cargas de trabajo por lo cual pueden dejar de asistir a las iglesias. 6. Muy pocas iglesias evangélicas practican el apoyo social, alejándose del conocido asistencialismo, para promover acciones de desarrollo comunitario, lo cual nos permitiría tener una mayor validez de opinión en los temas nacionales. Estos son algunos ingredientes que propongo trabajar. Si tienes otros es buena hora para opinar. Continuaré... Por un Perú Digno Jorge Márquez Chahú |
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