miércoles, 21 de enero de 2009

[Reespublica] Ajustes iniciales en el matrimonio

Ajustes Iniciales

¡QUE DIFERENTE! Ayer era novio; hoy soy esposo. Ayer dormí solo; hoy comparto mi cama con una mujer. Ayer aún existía la posibilidad de perderla a otro hombre; hoy se acabó la conquista. Ayer viví con el punto de vista masculino; hoy necesito vivir con el punto de vista femenino también. Ayer no me era lícito tocarla íntimamente; hoy aun el sexo se nos permite. Ayer era responsable por mí mismo; hoy soy responsable por nosotros. Ayer la vi a su mejor; hoy la veo como es normal. Ayer pude ocultar mis malos hábitos; hoy será más difícil. Ayer viví en sueños; hoy empezó la realidad. Ayer era soltero; hoy me casé. ¡QUE DIFERENTE!

No existe otra relación social que demande de los participantes ajustes tan repentinos y extraordinarios. Con razón tantos matrimonios fracasan de una manera u otra. Y a ti te digo que tu propio matrimonio será, o seguirá siendo, un desastre si tú y tu cónyuge no logran hacer estos ajustes en una manera madura y sana. Cada matrimonio exitoso logra ese estado cuando cada persona se esfuerza por ser comunicativo, paciente, amoroso, humilde y generoso. Los ajustes bien logrados ayudan a formar un matrimonio sólido y satisfactorio. Veamos sólo cinco ajustes esenciales.

Nosotros

Todos acostumbramos pensar en términos personales: yo, mi, me. Todos planeamos nuestras vidas alrededor de nosotros mismos. Todos naturalmente somos egocéntricos. Pero en el matrimonio, eso tiene que cambiar. De repente, ya no soy yo, soy nosotros. Qué raro. ¡Y qué difícil!

Ayer, si me daba la gana, salía a jugar al béisbol o me recostaba a leer un libro. Ayer, si yo quería, cambiaba de trabajo o no me rasuraba. Ayer, según mi antojo, compraba una Pepsi o me pasaba todo el día con mis amigos. Ayer, conforme a mis emociones, tocaba himnos en la grabadora o me iba solo al monte. Ayer. Pero, ya no soy yo, soy nosotros. Qué raro. ¡Y qué difícil!

Creo que éste es el ajuste principal. Si lo logramos, los demás ajustes serán tanto menos complicados. Mi mentalidad tiene que cambiar de lo que yo quiera a lo que ella quiera. La mentalidad de ella tiene que cambiar de lo que ella quiera a lo que yo quiera. Y juntos debemos considerar lo que nos es bueno y provechoso a ambos.

La Biblia dice sin equivocación que Dios toma a dos y los une en uno. Esto significa que ya no debo vivir para mi bien, sino para nuestro bien. Significa que mi vida y su desarrollo quedan inseparablemente enredados con la vida de mi esposa (se llama Rubí). Nuestras vidas son para compartir entre nosotros. Debe existir entre nosotros un nivel de comunicación que no existe en ninguna relación que podamos tener con cualquier otra persona.

Todo esto impacta en nuestras vidas en maneras tremendamente prácticas. Ya no juego al béisbol o al ajedrez con la frecuencia de antes. Ya no paso largas horas en compañía de mis amigos o de mis libros. Ya no salgo a pasearme solo con la frecuencia de antes. ¿ Porque no me gustan esas cosas ya? ¡Claro que no! La cosa es que ahora tienen una importancia secundaria a mi relación con Rubí. Aún me entretengo con algún juego o con mis amigos o solito, pero menos que antes. Igualmente con Rubí; ella me ha puesto a mí y a nuestra relación en una posición semejante.

¿Y qué de los libros y la grabadora? El mismo principio rige. Hay ocasiones cuando quiero leer pero Rubí necesita alguien con quien platicar o alguien que le ayude tender la ropa. Entonces no leo; eso lo podré hacer en otra ocasión. De vez en cuando se me antoja escuchar música en la grabadora. Pero ¿qué haré si Rubí quiere escuchar un mensaje o quiere que vaya a comprar un kilo de harina o no más quiere silencio en ese momento? Por amor a ella e interés en nosotros, no escucharé música en esa ocasión.

"¿Para dónde vas?" "¿Qué estás pensando?" "¿De dónde vienes?" "¿Por qué hiciste esto?" "¿Con quién platicaste?" "¿Qué hiciste hoy?" "¿Cuándo vas a volver?" "¿Qué piensas hacer hoy?" " ¿Qué te dijo fulano?" Me imagino que fueron preguntas como éstas que impulsaron esta pregunta de un amigo mayor: ¿Por qué son las esposas tan entremetidas en los negocios de sus esposos?" Francamente, las preguntas al principio de este párrafo no deben ser necesarias. Los cónyuges deben compartir sus vidas el uno con el otro. Nuestros planes, nuestros pensamientos, nuestras experiencias son para confiarse con nuestros cónyuges. Si Rubí tiene que hacerme este tipo de preguntas o si yo tengo que hacérselas a ella, entonces hemos fallado en funcionar como nosotros. El individuo que opina que su esposa se entremete en sus negocios aún no comprende que ya no es yo. Siendo que ahora son uno, ambos tienen derecho a todo lo del otro.

Un ajuste de esta magnitud requiere tanto un cambio de punto de vista como un cambio de vida. No es fácil, pero sí es posible. Te sugiero tres cosas que ayudan en esto grandemente:

1) el apoyo y la ayuda de Dios
2) un noviazgo bien fundamentado
3) el amor.

Cualquier matrimonio puede ser feliz, exitoso y lleno de nosotros. Aun el matrimonio pagano. Pero la abundancia matrimonial en todos sus aspectos es la bendición exclusiva de aquellos cónyuges que conocen a Dios. Para transitar este ajuste de nosotros (y cualquier otro ajuste), busca el apoyo y la ayuda de Dios. El puede hacer los cambios fundamentales en el corazón para cambiarnos de yo a nosotros. El especializa en cambiar puntos de vista y propósitos de vida.

Si tú aún no te has casado, entonces hay algo que puedes hacer antes de casarte. Dale a tu noviazgo un fundamento bueno y sólido. El ajuste al nosotros matrimonial les es cosa natural a aquellos que han practicado el concepto de nosotros en el noviazgo. Muchas parejas limitan sus matrimonios aun antes de casarse. Eso suena raro, ¿verdad? Sucede más o menos de esta manera. Se enamoran en un sentido físico. Su atracción es física. Se conocen físicamente nada más. Se conocen poco o nada en el aspecto espiritual. Se casan. ¡Pún! A las pocas semanas (o días, quizás) descubren que se casaron con un desconocido. Los ajustes les son difíciles si no imposibles.

El amor. Tal vez te parezca extraño que lo mencione en conexión a los ajustes. ¿Sabes que muchos se casan sin conocer el amor? ¡Es cierto! Cada uno está tan ocupado con yo que no puede preocuparse en la otra persona. Toda relación entre ellos se basa en lo que pueden conseguir personalmente. Aun lo que hacen a favor del otro es con el propósito de conseguir algo para sí mismos. El amor genuino se interesa solamente en el bien para el otro sin interés alguno en provecho o recompensa personal. Medita en estos pasajes bíblicos que pintan un paisaje del amor genuino.

"Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos" (Cantares 8.7).

"Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos" (Juan 15.13).

"El amor sea sin fingimiento" (Romanos 12.9).

"El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor" (Romanos 13.10).

"El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser" (1 Corintios 13.4-8).

"Todas vuestras cosas sean hechas con amor" (1 Corintios 16.14).

"...Servíos por amor los unos a los otros" (Gálatas 5.13).

"Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor" (Efesios 4.2).

"El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor" (1 Juan 4.8).

El Sexo

Después de esos versículos sobre el amor verdadero y su énfasis acompañante en nosotros, cabe muy bien tratar en breve el ajuste sexual. Este ajuste no es ni natural ni ligero ni sencillo como la mayoría imagina. La cultura mundial decadente nos ha colmado de información y observación sexual, pero aún así, este ajuste matrimonial es algo delicado que requiere bastante amor y nosotros. [Para encontrar ayuda más detallada sobre esto, consulta con alguna librería evangélica o con Lámpara y Luz.]

El amor y la resultante consideración deben marcar nuestras relaciones sexuales con nuestros cónyuges. Cada cónyuge se dedicará a darle al otro el placer y la satisfacción sexual que anhela y necesita. No se preocupará tanto por sus propias necesidades y sus propios anhelos.

El amor del esposo ha de mostrarse a través de la paciencia. El fuego sexual de tu esposa es más lento y prolongado que el tuyo. Aunque tú puedes estar ardiendo en pocos minutos, ella ocupa más tiempo. La inclinación normal del marido es conseguir su propia satisfacción sexual lo más pronto posible. No quiere esperar hasta que su esposa esté lista. Pero tu amor y paciencia te darán el control personal para esperar y ayudar a tu esposa llegar al mismo nivel de excitación sexual. Usa palabras dulces y amorosas y caricias tiernas y sabias en este tiempo de espera y preparación.

El amor del marido también debe mostrarse a través del respeto y la cortesía. Si ella está turbada por algún problema, interésate más en ayudarle a ella encontrar la solución o la paz que en satisfacer tus propios deseos sexuales del momento. Si ella está tremendamente agotada o levemente enferma, ni siquiera le insinúes tus necesidades sexuales; ocúpate más por su bienestar. Si ella no más no tiene ganas sexuales, no te portes como un monstruo sexual que tiene que ser satisfecho o no estará de buen humor. O si ella por palabra o acción te expresa deseos sexuales, haz todo en tu poder por satisfacerla, aunque estés cansado o no tengas ganas o estés preocupado por algo.

El amor de la esposa se mostrará en una manera compasiva y comprensiva. Recuerda que la pasión sexual de tu esposo se enciende fácil y rápidamente. Reconoce que en este mundo hay todo tipo de incitación sexual que afectan al varón más fuertemente que a la mujer. No le condenes por ello sino está gozosamente disponible para satisfacerle. Di con la esposa de Salomón, "Yo soy de mi amado, y conmigo tiene su contentamiento" (Cantares 7.10). Esto significa que habrá bastantes ocasiones cuando participarás en las relaciones sexuales sin tener necesidad personal. Pero lo harás por amor a tu esposo. Y hazlo de buena gana; no eres usada por tu marido...eres necesitada por él. Aunque no arda en ti la pasión sexual en esa ocasión, esfuérzate por ser una amante activa, imaginativa y emocionante para él. En Cantares 7.12, la esposa invita a su esposo con unas palabras muy atractivas y románticas: "Levantémonos de mañana a las viñas; veamos si brotan las vides, si están en cierne, si han florecido los granados; allí te daré mis amores."

Los Gustos

Ella prefiere tortillas de harina; él, de maíz. A él le gustan los blanquillos estrellados; a ella le caen mejor revueltos. Ella es una de esas personas que les encanta salir a visitar; el es de aquellos que están más satisfechos quedándose en casa. El está acostumbrado a acostarse temprano; ella nunca se acostaba antes de las once. A ella le gusta el té; a él le encanta el café. El quiere las relaciones sexuales con la lámpara prendida; ella quiere todo oscuro. Estas ilustraciones son pocas y sencillas pero te dan buena idea a lo que me refiero; tú podrás añadir tus propios gustos que son diferentes u opuestos a los de tu cónyuge.

Los dos acostumbraban dormir en el lado izquierdo de la cama. Ambos siempre se sentaban en una silla mecedora, pero ahora nada más tienen una. El siempre llevaba una grabadora al trabajo y ella siempre tenía una tocando mientras hacía sus negocios en casa, pero no tienen dos grabadoras. En sus respectivas familias, ellos eran los únicos que se comían el hígado cuando comían pollo. Sin duda alguna, tú y tu cónyuge han descubierto cosas de esta índole: tienen gustos iguales pero sólo uno puede gozar de ellos a la vez.

Hay una manera fácil y muy común para solucionar estos problemitas. Siendo que el esposo es el jefe del hogar, él insistirá en tortillas de maíz, huevos estrellados y café...y a él le tocarán los hígados de pollo. El dirá que no quiere visitas en casa y que se acostarán tempranito con él ocupando el lado izquierdo de la cama. Y por supuesto que el sexo ocurrirá con la luz prendida. La silla mecedora y la grabadora serán para su uso exclusivo.

Quiero retarte a considerar otra solución. Una solución bíblica. No es una solución fácil, por lo tanto, tampoco es común. ¿Cómo te impactan los siguientes versículos?

"...Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 22:39).

"Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros" (Romanos 12:10).

"...Servíos por amor los unos a los otros" (Gálatas 5:13).

"...Sed benignos unos con otros" (Efesios 4:2).

"Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo" (Filipenses 2:3).

"En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos" (1 Juan 3:16).

Consideración mutua. Preferencia al cónyuge. Sacrificio de los deseos personales. Esa es la solución bíblica. Esa es la solución que traerá paz, harmonía, satisfacción y gozo a toda relación matrimonial y familiar.

En bastantes áreas, simplemente podrán tomar turnos. En cuestiones sexuales, es importantísimo que el marido dé preferencia a su esposa. Y en cuanto a qué lado de la cama cada uno usará...tal vez se tratará de quien renuncie sus deseos primero o de echar suertes.

Ahora bien, una vez que estas cosas se solucionen en una manera general, ¡entonces llega el tiempo para las sorpresas! Por ejemplo, el próximo hígado le toca a él. Cuando ella se levanta y le da la espalda para traer el té, él rápidamente pone el hígado en el plato de ella. ¿Otro ejemplo? En la oscuridad del cuarto hay caricias y besos en cantidad cuando ella se escapa del abrazo de él y levantándose repentinamente, prende la lamparita. Lo que quiero decir es que, después de establecer ciertos patrones de vida y comportamiento, todavía existen oportunidades en abundancia de mostrar amor, estima y preferencia. ¡Qué Dios inspire tu imaginación y creatividad!

Los Hábitos

¿Cómo oprimes el tubo de pasta dental? ¿Qué haces con la ropa sucia al terminar el día? ¿Cuántas cucharas usas en cada alimento? ¿Masticas la comida con la boca abierta o cerrada? ¿Dónde pones la toalla después de bañarte? ¿Cómo te suenas la nariz? ¿Qué tan olvidadizo eres? ¿Qué tan pronto contestas las preguntas que te hace tu cónyuge? ¿Qué haces con las manos cuando platicas? ¿Interrumpes al que está hablando? ¿Cómo estornudas? ¿Guardas las cosas cuando terminas de usarlas? ¿Dás siempre las gracias cuando es propio? ¿Recuerdas decir "por favor"? ¿A qué hora despiertas en la mañana?

Todos tenemos hábitos y costumbres que a nuestro parecer son muy normales. Y todos tenemos hábitos y costumbres de los cuales no estamos enterados, pues los hacemos de una manera automática y subconsciente. Algunos hábitos son buenos, otros malos; la mayoría son inofensivos en sí. Entre todas estas cosas habrán algunos hábitos que podrán causar conflicto con el cónyuge: le caen mal o le parecen innecesarios o no puede comprender cómo podemos hacer tales cosas. Cómo reaccionamos a todo esto afecta nuestro gozo matrimonial.

Un hábito desagradable pronto puede llegar a ser muy enfadoso. La situación puede llegar al grado que ya no puedes aguantar estar en presencia de tu cónyuge. Es importante encontrar la solución a este dilema lo más pronto posible o empezarás a reaccionar mal. Te presento dos pasos que tomar.

En primer lugar, reconoce que no es tu negocio cambiar y mejorar a tu cónyuge. Tú eres responsable por ti mismo. Recuerda que tú también tienes hábitos y costumbres que le puedan caer mal a tu cónyuge. Así que, cuando observes algo en él que no te guste, investígate a ti mismo para ver si acaso hay algo en ti que le pueda caer mal a él. Y esfuérzate por cambiarte a ti mismo. Ah, ¿no observaste nada cuando te investigaste? Bueno, pregúntale a tu cónyuge, "Querida, ¿acaso tengo algún hábito que te enfada? Dime, por favor, y trataré de cambiar." (¡No te enojes ni te sientas ni hagas excusas cuando te diga algo!) Si tomas esta ruta, posiblemente no tengas que tomar el segundo paso. ¿Por qué? Porque es casi natural que después que tú le hagas esa pregunta, ella te haga la misma y entonces tendrás la oportunidad de comentarle sobre lo que te es tan molesto. Pero cuídate por decir las cosas en una manera que no sea acusatoria.

El segundo paso es muy delicado y ha de tomarse solamente si tu cónyuge no te pregunta si hay algo en él que te molesta. Pídele a Dios que les dé una buena oportunidad de hablar francamente. También pídele sabiduría para decir las cosas mansamente con toda calma. Y entonces espera el momento oportuno para decirle, "¿Sábes algo, querido? Me fastidia tanto cuando dejas las toallas tiradas en un rincón. Yo sé que tienes mucha prisa y que es mi negocio encargarme de tales cosas. Pero me sería de tanta ayuda si pudieras poner tu toalla en la espalda de esta silla. Así se secará más rápidamente y no se ensuciará y yo la podré encontrar más fácilmente." Rehúsa usar palabras como nunca y siempre. La moderación traerá mejores resultados que la exageración. También te hago recordar que este tipo de franqueza no es para cualquier momento. Si está cansado o de mal humor, no se lo digas. Si ya tienen un desacuerdo y hay tensión entre ustedes, no se lo digas. Si se acaba de quejar contigo sobre algo, no se lo digas. Si tienen visitas o si los niños están presentes, no se lo digas. Mejor espera...hasta que estén solos...hasta que haya paz entre ustedes...hasta que estén de buen humor.

Si estos dos pasos no solucionan el problema, entonces tienes que pedirle al Señor paciencia para vencer tu impaciencia. Aprende a soportar ese hábito con todo el amor que le tienes a tu cónyuge. Y deja de enfocar en eso pues no vale la pena irritarte por tales cosas. Con la ayuda del Señor, goza de la vida, y que los hábitos desagradables de tu cónyuge no te quiten la paz y el contentamiento.

Se Acabó la Conquista

"Cuando todavía estábamos noviando, José siempre quería tener su brazos alrededor de mis hombros o de mi cintura. Ya que nos casamos...no me abraza. En aquel entonces, platicábamos más; ahora casi nada. Me gustaba más nuestra relación cuando éramos novios nada más."

¿Te suena conocido ese refrán? Es un problema común y normal. El título de esta sección da la suma de la explicación. Cuando ya no hay temor de perder al objeto de nuestro afecto, nuestra relación con esa persona puede perder su lustre. Antes temías que te dejará tu novia, así que te esforzabas por comportarte en la mejor manera posible. Pero ahora que es tu esposa, tu buen comportamiento salió volando. Antes temías que tu novio perdiera su interés en ti a favor de otra señorita, así que siempre te presentabas en tu mejor aspecto. Pero ahora que es tu marido, esas cosas disminuyeron en importancia.

Encuentra un equilibrio sano en esto. Tienes que reconocer que el noviazgo no es un tiempo de relaciones normales...cada individuo trata de mostrar solamente lo bueno que hay en sí. Después de la boda la vida se vuelve más normal y rutinaria...y entonces es imposible seguir ocultando las cosas negativas. También tienes que reconocer que el amor, el afecto y el romance del noviazgo sólo marcan el principio y deben mejorarse después de la boda y al avanzar los años.

Ernesto y Mireya noviaron un año. En ese período, él le llevaba una rosa cada sábado. En una ocasión cuando ella le dejó caer una maceta en el pie, Ernesto se rió y le dijo que no fue gran cosa. A Ernesto le encantaba salir a pasear con Mireya. Cuando Ernesto llegaba a visitarla, Mireya siempre le ofrecía café o agua fresca. No había favor que él le pidiese que ella no estuviera dispuesta a cumplirle. Y una vez cuando él por descuido le manchó el vestido favorito, ella le dijo que olvidase el asunto. Ambos se esforzaban por agradar al otro.

Ahora tienen dos años de casados. Hace como 23 meses que Ernesto le llevó la última rosa a Mireya. Y son raras las veces que caminan juntos, aun para asistir a los cultos. Ayer cuando ella accidentalmente le tocó la mano con el sartén caliente, él explotó con coraje y palabras abusivas y acusatorias. Cuando Ernesto llega del trabajo, Mireya no sale a recibirle. Ya no se le ocurre tenerle listo el café. Si él le pide algún favor, ella reacciona acusándole de ser flojo y mandón. Y todavía ella no le deja olvidarse que hace quince días él le quebró el florero favorito. Buscan agradarse el uno al otro sólo cuando les conviene personalmente.

¿QUE PASO? Se acabó la conquista.

¿Y no habrá solución? Claro que sí. Es tiempo de volver a y nosotros. Es tiempo de olvidar a yo. Es tiempo de reconocer que el amor, el romance y el respeto no es para el gozo exclusivo de los solteros. Es tiempo de comprender que el reto de retener el amor, la estima y la pasión del cónyuge requiere más esfuerzo que la tarea de ganarse un cónyuge en primer lugar. Se requiere diligencia y bastante trabajo hacer arder una gran fogata, pero una vez que esté ardiendo, ¿ya se acabó el trabajo? ¡ NO! Ahora se requiere mucho más esfuerzo para mantener el fuego, si no, se apagará. Igualmente en el matrimonio.

Ernesto y Mireya pueden dejar que su fogata se apague por completo. O pueden reconocer el peligro que enfrentan y empezar su noviazgo de vuelta y nunca dejar que se acabe.

"¿Cómo puedo conquistar a mi cónyuge hoy?" Cada persona casada tiene que hacerse esa pregunta. Si enfrentas cada día con esa mentalidad, descubrirás bastantes oportunidades para ser de bendición, ánimo y alegría a aquel individuo con quien te casaste. Y también disfrutarás de lo mismo para ti.

Problemas Comunes

La sección anterior trata los ajustes que típicamente son la tarea de cada pareja recién casada. Vimos como los ajustes mal o no hechos conducen a problemas serios. En esta sección cambiamos el título pero a la verdad, continuamos hablando de ajustes que cada individuo tiene que hacer si quiere realizar el éxito en su matrimonio y en su vida personal.

Dejando Padre y Madre ("¡Dónde está mi mamá!")

Esta es una de las instrucciones primarias para cada individuo casado o listo para casarse. La Biblia enfatiza su importancia, mencionándola cuatro veces:

"Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne" (Génesis 2:24; ve también Mateo 19:5, Marcos 10:7 y Efesios 5:3).

¿Qué querrá decir Dios con tal instrucción? Ningún humano puede pretender conocer la respuesta en su totalidad, pero quiero sugerirte que aquí Dios describe el inicio de una nueva relación entre hijos y padres. Esta relación se suma con algunas palabras--independencia, separación, dejar. Enfocaremos en cuatro aspectos.

Dejar Físico. La pareja de recién casados establece su propio hogar en su propia casa o habitación. Viven separados de sus padres. La distancia geográfica entre la pareja y sus padres no es muy crítica. Lo importante es que vivan aparte.

Independencia Económica. El nuevo esposo se vuelve el único sostén de su esposa. Los padres ya no se ven obligados a suplir para las necesidades económicas y materiales de la pareja. En algunos casos, posiblemente sin intencionarlo, los padres llegan a usar el dinero y las cosas materiales para influir y controlar a sus hijos ya casados. La pareja recién casada debe tratar de impedir que surja este problema. La mejor manera es dejar.

Separación Emocional. Tanto el marido como la mujer debe comprender que su matrimonio importa más que los lazos emocionales que les unen a sus padres. Si el matrimonio de ustedes se efectuó con la aprobación y el apoyo de sus padres, esta nueva relación se hace menos difícil.

Cuando haya conflictos en tu matrimonio, ¡no corras a casa a quejarte con tu mamá! Te aseguro que si tu cónyuge se entera de tus "llantos" con ella, tus problemas matrimoniales sólo aumentarán. Sin embargo, este dejar emocional no quiere decir que ahora pasarás por alto a tus padres ni que te olvidarás de ellos. Tú y tu cónyuge tienen que vivir su propia vida pero aún deben disfrutar de la amistad y de los consejos de sus padres. Por esto es bueno visitarles regularmente, juntos o individualmente.

Dejar Público. El dejar el hogar de los padres debe ser un acto atestiguado por la comunidad y las autoridades. El hombre y la mujer públicamente toman votos de fidelidad y lealtad. Prometen serse fieles el uno al otro durante toda su vida. La pareja se comprometen para una tarea de toda una vida y así inician y mantienen la nueva familia.

Si uno o ambos fallan en obedecer el mandato de Dios de dejar padre y madre, descubrirán una gran fuente de problemas, desacuerdos, tristezas y desdichas. Tal vez esta amonestación te llega demasiado tarde.

Tus suegros controlan a tu marido porque ustedes dependen de ellos en una manera económica.

Hoy en la mañana le dijiste a tu esposa que no limpia la casa tan bien como lo hace tu mamá.

Ayer le dijiste a tu esposo que él no es tan trabajador y considerado como tu papá.

Tu esposo se pasa la hora de la siesta dormido en un catre en el patio de sus padres.

Tu esposa corre a llorarle a su mamá cuando tú y ella tienen desacuerdos.

Ayer tuviste un desacuerdo con tu suegra y tu esposo apoyó a su mamá.

Te pasas la mayoría de tus días en casa con tu mamá y no estás en casa cuando llega tu marido del trabajo.

Sin duda alguna, el descuido de tú y tu cónyuge en estas áreas les ha traído bastantes desacuerdos, tensión emocional e infelicidad. ¿Ahora qué hacer?

Reconozcan que no han obedecido fielmente el mandato de Dios de dejar padre y madre. Confiesen sus errores los unos a los otros, pidiendo perdón. Explíquenles a sus padres que estarán esforzándose por hacer las cosas en una manera más bíblica. Pídanles su apoyo en esto. Dejen a sus padres en las maneras detalladas en esta sección.

Suegros Difíciles

Eres varón. Tu suegro te critica porque no le provees a tu esposa suficientes cosas materiales. Tu suegra te mira mal porque no le llevas a su hija para que la visite cada semana.

Eres mujer. Tu suegra no aprueba de cómo cuidas tu casa. Tu suegro piensa que malgastas el dinero que tu esposo gana a duras penas.

Platica (con calma y sin acusación) con tu cónyuge sobre lo que te dicen sus padres. Averigua si tu cónyuge piensa igual que ellos. En lo que seas culpable en estas o semejantes cosas, reconoce tus fallas ante tu cónyuge y toma las medidas necesarias para cambiar.

También tienes otra tarea. Tus padres son suegros de tu cónyuge y eso quiere decir que tú tendrás que intervenir con tus padres si le causan problemas.

En una manera respetuosa, considerada y amorosa, aclárales a tus padres que tu hogar no es responsabilidad de ellos sino de ustedes. Agradéceles por su interés en tu bienestar y felicidad pero muéstrales que atacando a tu cónyuge te roba de esas cosas. Pídeles que por favor dejen de tomar la contra con tu cónyuge. Es posible que uno o ambos de tus padres tengan que pedirle perdón por la manera en que le han tratado.

Si ellos se quejan contigo por la manera en que te trata tu cónyuge o cómo se comporta, pídeles que por favor no lo hagan. Tu conoces bien las fallas de tu cónyuge y no necesitas que otras personas hagan tu matrimonio peor con sus observaciones. Siempre debes estar listo con cosas positivas que comentar en cuanto a tu cónyuge. ¡No caigas en la trampa de quejarte con tus padres acerca de tu cónyuge!

Si tomas estos pasos, les ayudarás a tus padres comportarse como suegros comprensivos, sabios y simpáticos.

Por otro lado, si tus suegros te causan dificultades, platica con tu cónyuge en cuanto a ello. No te irrites ni le acuses. Simplemente abre tu corazón y pídele su ayuda en solucionar la situación.

En todo esto, muéstrate un ejemplo ante la oposición y falta de comprensión de tus suegros. Apóyate en Cristo, en su Palabra y en la oración. El libro de Proverbios contiene magníficos consejos en cuanto a la lengua, los labios y la boca:

"La boca del justo producirá sabiduría" (10.31).

"Los labios del justo saben hablar lo que agrada; mas la boca de los impíos habla perversidades" (10.32).

"...La lengua de los sabios es medicina" (12.18).

"La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor" (15.1).

"La lengua apacible es árbol de vida; mas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu" (15.4).

"...De Jehová es la respuesta de la lengua" (16.1).

"El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias" (21.23).

"...La lengua blanda quebranta los huesos" (25.15).

Cristo nos instruye a devolver bien por mal y a orar por los que nos maltratan (Mateo 5.43-46; compara estos versículos con Mateo 5.39; Romanos 12.14,17-21; 1 Tesalonicenses 5.15; 1 Pedro 3.9; Proverbios 20.22).

Prioridades Diferentes

Una prioridad es algo que resulta muy importante y que viene antes que otras cosas. Las prioridades dan dirección y sentido a nuestras vidas. Tal vez haya tantas prioridades como hay personas; el caso es que son muy diversas. He aquí solamente unas poquitas de las que existen hoy en día:


      el dinero               la comida
      el avance social        Dios
      la familia              el cónyuge
      la política             la religión
      la bebida               los amigos
      la salud                el sexo
      la ambición             la novia
      el trabajo              la iglesia
      la satisfacción         el novio
      la baraja               el deporte

En el transcurso de la vida, cada individuo desarrolla sus propias prioridades. Cada persona vive su vida y formula sus decisiones de acuerdo con esas prioridades. Eso está bien y es normal. Pero puede causar problemas cuando dos personas con prioridades diferentes viven juntos...como sucede en la mayoría de los matrimonios.

Imagina el conflicto que se puede desarrollar entre cónyuges si él opina que un naranjo es más importante que un rosal y ella piensa lo contrario. ¿Qué árbol o mata pondrán en ese lugar junto a la casa? ¡Y qué problemas enfrentarán si ella desea comprar una tina más grande y él insiste en un guante de béisbol nuevo! ¿Cómo gastarán el aguinaldo?

Cuando existe falta de madurez en uno o en ambos cónyuges, aun dificultades pequeñas como éstas resultan difíciles de resolver correctamente. A la verdad, este tipo de conflicto no es gran cosa y fácil se soluciona. El naranjo es útil pues produce algo comestible; el rosal agrada a los ojos y al olfato. Cada cónyuge considera estas cosas en una manera objetiva, añade una dosis grande de amor y determina agradar al otro. O por otro lado, pueden decidirse a plantar un naranjo y también un rosal. Ahora el problema de la tina y el guante. Que se sienten juntos a determinar cual cosa necesitan más. Es posible que ni la tina ni el guante sea necesario; de seguro que la tina es más útil que el guante. Tal vez sería mejor ahorrar el aguinaldo. Lo que no deben hacer es rebajarse a atacar y menospreciar la persona, los intereses y las prioridades del otro.

Pero ¿qué debes hacer cuando tus prioridades no concuerdan con las de tu cónyuge en áreas críticas de la vida? ¿Qué debes hacer cuando tu cónyuge le da más importancia a sus padres que a ti? ¿Qué debes hacer cuando tu cónyuge le da más importancia a su trabajo que a la iglesia? ¿Qué debes hacer cuando tu cónyuge le da más importancia a sus hijos que a la iglesia? ¿Qué debes hacer cuando tu cónyuge le da más importancia al juego de fútbol que a la lectura bíblica? ¿Qué debes hacer cuando tu cónyuge piensa que es más importante diezmar que comprar una manguera nueva? ¿Qué debes hacer cuando tu cónyuge piensa que es más importante no tener zapatos nuevos que comprarlos a crédito? Sería bueno si ustedes dos tomaran tiempo para marcar sus prioridades en orden de importancia.


      DIOS               DIEZMO
      CONYUGE            DEPORTE
      TRABAJO            ALIMENTO
      IGLESIA            SEXO
      HIJOS              NECESIDADES MATERIALES
      PADRES             NINGUNA DEUDA
      VECINOS            ALBERGUE
      PARIENTES          ORACION Y LECTURA BIBLICA
      CARNE              ROSAL
      FRIJOLES           NARANJO
      SODAS              HORTALIZA
      CAFE               CAMA
      AGUA               SILLA MECEDORA
      PAPAS              JABON
      VERDURAS           PRIVADO
      DULCES             REGADERA
      ROPA               ELECTRICIDAD
      AGUA POTABLE       ESTUFA
      BICICLETA          CASSETTES
      LIBROS             ATENCION MEDICA

Dudo que sus listas concuerden. Reconozco que ninguna de estas listas tiene un orden que siempre sea correcto para todo individuo o pareja en cualquier tiempo bajo toda circunstancia. Algunas prioridades cambian. Pero el mero hecho que ustedes están haciendo el esfuerzo juntos de hacer estas decisiones les servirá mucho y mejorará la comunicación entre sí.

Entonces, ¿qué debes hacer cuando tus prioridades son diferentes a las de tu cónyuge en áreas críticas de la vida? Busquen el punto de vista de Dios según se registra en la Biblia. También deben aprender a encontrar las diferentes alternativas que tengan y a negociar el uno con el otro en paz y con consideración.

Supongamos que ustedes no concuerdan sobre el trabajo y la asistencia fiel a los cultos. De nada les sirve alegar, condenar y defenderse. De nada le sirve a uno creerse mejor y más espiritual que el otro. De nada les sirve ignorar el problema. De nada les sirve quejarse de la situación y del otro en público. ¿Qué, pues, habrán de hacer para resolver el problema?

En primer lugar, la oración es de importancia muy elevada. Pidan la iluminación y la comprensión que sólo Dios puede darles. En segundo lugar, aprendan lo que dice la Biblia en cuanto al tema. En tercer lugar, no dejen de afirmar la dedicación y el amor que se tienen el uno al otro. Y en cuarto lugar, aprendan a hacerse preguntas sobre las diferencias que tienen. Por ejemplo...

¿Por qué piensas que debes trabajar en vez de ir a los cultos?

¿Perderás tu trabajo si asistes a los cultos?

¿No hay quien pueda tomar tu turno cuando hay cultos?

¿Puedes reducir nuestros gastos para que pueda acompañarte a los cultos?

¿Por qué piensas que debo ir a los cultos en vez de trabajar?

¿Cuándo es lícito ir al trabajo en vez de a algún culto?

¿Por qué te preocupa que voy al trabajo en vez de a la iglesia?

Cada cónyuge debe estar dispuesto a modificar o cambiar sus prioridades si acaso descubre que tales cambios son necesarios.

El Dinero

Ya nos hemos fijado algo en este problema al observar otras áreas problemáticas en la vida matrimonial. En los Estados Unidos, más del 50% de los divorcios se deben a desacuerdos económicos. Tal vez no sea tal el caso en tu país o en tu propia región de tu país, pero sin duda alguna, el dinero provoca bastantes problemas para cualquier pareja casada. Hagamos una lista de algunos de los problemas comunes relacionados al dinero. Ustedes añadan otras cosas que les han causado problemas en esta area.

"¡No debemos diezmar si no nos va a alcanzar el dinero!"

"Es malo comprar a crédito."

"¡No más te cae algo de dinero y ya lo quieres gastar!"

"¿Les daremos a los niños dinero para gastar a su gusto?"

"¡Cómo gastas en juguetes para los niños!"

"¡Tan poquito dinero que tenemos y tú comprando sodas!"

"El sombrero que tienes te puede servir otros dos meses."

"Haz tortillas, no las compres."

Te aseguro que el tiempo propicio para solucionar estos desacuerdos no es cuando estén en mero medio de ellos. Es muy posible que ahora sea buen tiempo para que platiquen juntos sobre este tema. No se rebajen a un intercambio de acusaciones. Platiquen sobre la lista arriba y formulen decisiones. Este tiempo de diálogo es para que juntos determinen qué "reglas económicas" tendrán en su hogar. (Si aún eres soltero, determina formular estas reglas con tu novio o novia antes de casarse.) Aquí les doy unas cuantas ideas.

Compromiso A Diezmar. El diezmo es un paso de obediencia. La Biblia dice, "De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan" (Salmo 24.1). Todo pertenece a Dios. El diezmo (el 10% de los ingresos) es la parte especial que nos ayuda recordar que toda posesión del cristiano pertenece a Dios (Proverbios 3.9; Malaquías 3.8; 1 Corintios 16.2). El diezmo también demuestra fe. Muchas veces no podemos ver cómo nos alcanzará el dinero si diezmamos primero, antes que cualquier otro gasto. La fe en Dios nos afirma que si le obedecemos, él proveerá por nuestras necesidades (Salmo 37.18-29,25; 34.10; Mateo 6.25-34; Filipenses 4.19; Hebreos 13.5).

Libertad Económica. La Biblia dice que el que compra a crédito cae bajo servidumbre (Proverbios 22.7). En cierto sentido, ese individuo pierde su libertad pues tiene una deuda que lo obliga a otra persona (Proverbios 22.25-26). No solamente eso, el comprar a crédito cuesta más que comprar al contado. Conozco por experiencia que hay veces cuando es casi inevitable comprar algo a crédito. En tales casos debemos analizar bien lo que queremos comprar para asegurarnos que es algo que de veras necesitamos y no algo que simplemente se nos antoja al momento. También debemos analizar si acaso no sea algo por lo cual podamos esperar otro tiempo más mientras ahorramos nuestro dinero para comprar al contado. "Ah," dirás, "pero nunca tengo suficiente dinero para comprar al contado. ¡Nunca! Mejor lo compro a crédito y lo pago poco a poco." Permíteme hacerte una pregunta--¿De dónde sacas el dinero para pagarle al cobrador cuando viene por el abono a tu cuenta? De alguna manera le pagas, ¿verdad? Tal vez te niegas alguna otra cosa, pero tú le pagas la cantidad necesaria. ¿O acaso no es así? Muy bien, entonces en vez de comprar a crédito, empieza a ahorrar tus abonos quincenales hasta que tengas suficientes fondos para comprar el artículo al contado. Considera este ejemplo de lo que digo:

Necesito una bicicleta para ir al trabajo. Al contado me cuesta 130 dólares, pero no tengo esa cantidad de dinero disponible para comprar una bicicleta. Si la compro a crédito, me la dan en 150 dólares con el compromiso de pagar 30 dólares cada quincena. ¿Qué haré? Treinta dólares quincenales se me hace poco y fácil...¿y qué son cinco quincenas? Pero salgo perdiendo 20 dólares. Si se me hace poco y fácil abonar 30 dólares cada quincena por cinco quincenas, ¡entonces ahorrar esa cantidad cada quincena debiera ser igualmente poco y fácil! Así que cada quince días aparto 30 dólares y después de dos o tres meses podré comprar la bicicleta al contado, me ahorraré 20 dólares y no tendré compromiso u obligación con nadie.

La Ventaja Del Ahorro. ¿Es falta de fe ahorrar el dinero? Algunos parecen opinar que si Dios les da dinero extra se lo da para gastar pronto. Dicen que tienen tanta fe en Dios que no se preocupan por manejar su dinero sabiamente--nada más se ocupan en gastarlo en lo que les parece bien o deseable al momento. ¿Recuerdas el relato bíblico de los sueños de Faraón y la interpretación divina que les dio José (Génesis 41)? Aprende esta lección de esa historia: si sabemos que vienen tiempos difíciles, debemos hacer lo posible por prevenirnos en los tiempos de abundancia. ¿Qué te parece la siguiente práctica?

Patricio normalmente gana 12,000 pesos cada día. Pero cada verano tiene la oportunidad de trabajar en la cosecha de fruta para exportación. En esos dos meses gana un promedio de 35,000 pesos diarios. Esto quiere decir que sus ingresos por esos dos meses pueden llegar a 1,400,000 pesos en vez de los 480,000 pesos que sería normal. ¿Te das cuenta? ¡Este hermano gana 920,000 pesos extras! ¡Qué bendición tan rica de Dios!

Pero Patricio tiene un problema. No maneja su dinero sabiamente. Se le olvida que en tres meses viene la temporada cuando no habrá trabajo por dos o tres meses. Como tiene tanto dinero, empieza a gastarlo como si nunca se le acabará. Si se enfada de tanto trabajo, no sale a trabajar por dos o tres días. Cuando menos sabe, ¡le quedan solamente 150,000 pesos! No digo que todos sus gastos son necios e innecesarios, pero sí digo que no se detiene a considerar los tiempos malos que vienen.

Echemos cuentas. En el tiempo bueno de la cosecha gana unos 175,000 pesos semanales en vez de los 60,000 que le es normal. Si resta 75,000 y los guarda para la temporada mala que viene, le quedarán 100,000 semanales para el tiempo presente. ¿Acaso no te parece sabia esta táctica?

Desacuerdos Mal Solucionados

Todo matrimonio, por más bueno e ideal que sea, tendrá sus desacuerdos. Eso no es gran tragedia. La tragedia ocurre cuando los desacuerdos no se solucionan o cuando se solucionan mal. Los desacuerdos pueden ser pequeños e insignificantes (tortillas de harina o tortillas de maíz) y pueden ser grandes y difíciles (cómo y cuándo disciplinar a los niños). ¿Cómo, pues, se habrán de solucionar bien los desacuerdos?

Con Palabras. Demasiados individuos no tienen la madurez necesaria para hacer esto. Si algo les cae mal o si el cónyuge no quiere hacer las tortillas o disciplinar a los hijos a su manera, quedan enojados o sentidos...y sin palabras. Guardan silencio--un silencio frío, tenso y acusatorio. Se requiere bastante madurez para platicar con alguien acerca de algo que nos divide. Pero no conozco de otra manera para solucionar desacuerdos en una manera correcta.

Con amor. El amor siempre considera el bien de la otra persona. El amor no es egoísta, no busca lo suyo. El amor considera los sentimientos y los intereses del otro individuo. El amor no hace nada indebido. El amor no tiene envidia. El amor es sufrido, dispuesto a sacrificar a favor del amado (aun algo tan pequeño como la clase de tortillas!). El amor sabe pedir disculpas y sabe decir, "Tienes la razón. Hice mal en disciplinar a Eduardo cuando estaba tan enfurecido." El amor controla las actitudes y el punto de vista. El amor controla las palabras para que no hieran ni insulten. El amor no se irrita, no guarda rencor.

En Paz. Nunca debemos atacar la persona de nuestro cónyuge ("Tú no sabes de lo que hablas. Eres muy torpe. No sabes cómo hacer las cosas. No tienes idea de como criar bien a los niños."). No debemos tratar de resolver dificultades cuando estamos en un estado emocional turbado o descontrolado. No debemos rebajarnos a las acusaciones. La calma, la quietud y el control personal contribuyen grandemente a la comunicación comprensiva.

Objetivamente. Ser objetivos quiere decir tener la capacidad de considerar algún tema desde varios puntos de vista. Pocos tienen este don. La mayoría de nosotros tenemos la habilidad de ver cualquier tema desde un solo punto de vista--el nuestro, el que nos conviene (las tortillas de harina tienen mejor sabor y valor nutritivo). Si continuamos así, nuestras vidas y nuestros matrimonios perderán su equilibrio. El contrapeso de otra opinión es de alto valor. Pero si en realidad anhelas poseer la objetividad, conoce los puntos de vista de Dios.

Diferencias. Ajustes. Problemas. O destruirán el matrimonio o lo enriquecerán. En tu vida has visto bastantes matrimonios destrozados y destruidos a causa de estas cosas. ¿Cómo será tu propio matrimonio? Si Dios quisiera, él pudiera impedir que ustedes tuvieran que enfrentar las diferencias, los ajustes y los problemas. Pero Dios quiere enriquecerles en su matrimonio e individualmente. El sabe que todos estos retos forman parte de la ruta hacia la felicidad, la satisfacción, la realización y la riqueza moral. Cuando una pareja puede enfrentarse a las cosas que pudieran separarlos, y las solucionan, esa pareja descubrirá una intimidad y una unidad que no podrán encontrar de ninguna otra manera. ¡No huyan de sus diferencias, sus ajustes, sus problemas; enfréntenlos y soluciónenlos!

__._,_.___
Ud. forma parte de la Primera Red de servidores y funcionarios públicos cristianos evangélicos denominada REESPUBLICA, cuya finalidad es fortalecer su liderazgo e influencia teniendo como base los principios cristianos emanados de la Palabra. Le agradeceremos que pueda invitar a otros creyentes que como Ud. pueden sumarse a este espacio de encuentro.
Bendiciones

Toda la información para tus comentarios será publicada en:
http://reespublica.blogspot.com/
<center><a href="http://ar.groups.yahoo.com/group/Reespublica/join">
<img src="http://us.i1.yimg.com/us.yimg.com/i/yg/img/i/ar/ui/join.gif" border="0"
  alt="Hacé clic aquí para suscribirte a Reespublica"><br>Hacé clic para suscribirte a Reespublica</a>
</center>

Actividad reciente
Visita tu grupo
Y! Respuestas

Pregunt?/a>

Gente real te

responde

Yahoo! Messenger

Mensajero perfecto

Llam?de PC a PC

sin costo alguno

Barra Yahoo!

Todo a un toque

Acceso rápido a

servicios Yahoo!

.

__,_._,___