| Del diario digital BEREA
 Miércoles 17 de Noviembre del 2010Sociedad
 
  España   BARCELONA, España (Protestantedigital.com)  Manuel Suárez, César Vidal y Pedro Tarquis han opinado sobre el tema:  "Ser un agente de cambio en la sociedad", punto que constituye el  objetivo de muchas ideologías y grupos sociales. Los evangélicos también  deberían aportar en positivo, en lugar de quedarse en la barrera viendo  como la sociedad avanza. ¿Cómo ser relevantes, con nuestras  aportaciones?   "Abrirse  a la sociedad y a sus representantes políticos" para aportar en  positivo. Esa una de las claves para Manuel Suárez, médico, político y  Vicepresidente del Grupo de Participación en la Vida Pública de la  Alianza Evangélica Española. Todo empieza por demostrar que "no nos  acercamos a los políticos sólo para pedir un pedazo de la tarta  (pastel)". Ante la corrupción de muchos ámbitos políticos, los  cristianos evangélicos o protestantes deben "mantener la integridad y la  coherencia que guardamos durante la dictadura, cuando pagamos un  elevado precio por ello", argumenta Suárez. 
 De los evangélicos  destaca "la amplia labor social que desarrollamos con los marginados" de  la sociedad, pero opina que "no debemos limitarnos a esta acción  restringidamente". Es importante ofrecer a los partidos y a la sociedad  "alternativas en todas las áreas de la acción política". Cree Suárez que  es contra-productivo centrarse sólo en algunas áreas del debate  político, como el aborto o el matrimonio homosexual.
 
 Suárez  destaca la labor de la Alianza Evangélica Española (AEE), en este  aspecto, pero añade que "hay otros niveles en los que se organiza la  sociedad, desde los ayuntamientos a las organizaciones culturales, en  los que debemos entrar para colaborar y presentar nuestras  alternativas". Concluye que "los evangélicos debemos ser motores de  articulación de la sociedad civil, porque en la política de este país  sobra partitocracia y faltan iniciativas populares de la sociedad  civil".
 
 "UN ABANICO DE PUENTES"
 
 "Deben producirse  iniciativas de encuentro y diálogo más allá de los acuerdos y las  negociaciones legales (sin negar su importancia)", opina Pedro Tarquis,  médico y director de la revista ProtestanteDigital.com. Esto obliga a  dar pasos adelante "desde las personas y los colectivos evangélicos pero  también desde los partidos". Destaca Tarquis que los evangélicos "no  somos una entidad jerárquica" y que esto lo deben entender los partidos  políticos. Las organizaciones políticas deben esforzarse en "acercarse  de verdad a los ciudadanos de fe evangélica". Así será posible  "conocerse, entenderse e influirse de manera natural desde ambas partes,  logrando una mejor convivencia, entendimiento e impulso a los cambios  necesarios para una sociedad mejor".
 
 "Es necesario que haya un  abanico de puentes: con las distintas denominaciones, personas, grupos y  entidades representativos". Y ponerse en marcha con iniciativas que  aporten a la sociedad.
 
 "Como proyectos, los que mejor conozco y  en los que participo son la revista Protestantedigital.com, que es ya  hoy en día una referencia asentada para la sociedad española del  protestantismo" y "el grupo de participación en la vida pública de la  Alianza Evangélica Española, con contactos con los principales partidos  políticos, e interesantes áreas de trabajo como 'Stop the traffik'  (contra el tráfico de personas)".
 
 Tarquis cree que sería ideal  que todos los evangélicos en España estén activos socialmente y busquen  "potenciar o crear otros proyectos similares".
 
 MÁS ALLÁ DE LA POLÍTICA
  César  Vidal, escritor, historiador y teólogo, por último, "no abriga la menor  duda" de que como cristianos se puede cambiar la sociedad para bien.  Considera que el kit de la cuestión es dejar de repetir lo que se oye en  radios y televisiones y, en su lugar, "predicar a la gente que nos  rodea el Evangelio contenido en las Escrituras".
 
 La política no  tiene el mismo poder que las Buenas Noticias, opina. "Jamás ha existido  un instrumento de cambio social mayor que ése y hay que tenerlo más  presente que nunca en un proceso de descomposición política como el que  atravesamos".
 
 
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