martes, 13 de octubre de 2009

[Reespublica] Los agricultores y el sistema educativo

Los agricultores necesitan de un sistema educativo que les ayude a solucionar sus problemas

Polan Lacki  

 

Desde su origen este es un documento diferente. Este artículo es el resultado de una consulta electrónica informal realizada con el propósito de discutir cómo la educación básica podría ofrecer una contribución más efectiva al desarrollo rural en América Latina. La consulta fue innovadora en el sentido de que recogió las opiniones de los educadores e instituciones educativas, pero también de los usuarios y beneficiarios del sistema educativo. Aproximadamente 400 instituciones y personas de 19 países de la región hicieron aportes a este artículo.

 

El autor del texto manifiesta su más sincero agradecimiento por las valiosas contribuciones recibidas. Sin embargo, eventuales debilidades del artículo son de su exclusiva responsabilidad.

 

En América Latina la magnitud, complejidad y urgencia de los problemas rurales sobrepasaron, desde hace mucho tiempo, las posibilidades de los gobiernos para solucionarlos, particularmente porque intentan hacerlo a través del modelo convencional de dependencia estatal. La ineficiencia del modelo y la insuficiencia de recursos para financiarlo son cada día mas evidentes. Esta realidad está exigiendo que las familias rurales se vuelvan mas auto-dependientes en la solución de los problemas que las afectan. Desafortunadamente en la actualidad muchas de ellas no están en condiciones de hacerlo. Entre otras razones, porque no poseen los conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para poder asumir este protagonismo; no por culpa suya evidentemente, sino porque no se les han proporcionado las oportunidades para adquirir estas competencias, ni para ejercer el referido protagonismo.

 

Al no poseer suficientes conocimientos, muchas familias rurales, sencillamente no pueden desarrollarse: entre otros motivos porque no logran corregir sus propias ineficiencias, mejorar su desempeño laboral e incrementar su productividad. Pero esto es apenas la primera parte del gran problema. Adicionalmente, la inadecuada formación y capacitación de los agricultores incide negativamente en la productividad o rendimiento de los demás factores de producción, que de por si ya suelen ser escasos: la tierra, los animales, las obras de infraestructura, la maquinaria y los insumos materiales. Esto significa que la ineficiencia del factor de producción más abundante (mano de obra) es una causa adicional de la insuficiencia de los factores más escasos.

 

Afortunadamente, aún los gobiernos con más limitaciones de recursos financieros pueden empezar a romper el círculo vicioso de la pobreza rural. Tendrán éxito en ese propósito si concentran sus esfuerzos en el desarrollo de las capacidades de los habitantes rurales, para lograr que ellos se vuelvan mas eficientes. La mayor eficiencia de los agricultores permitirá que los factores que son escasos se vuelvan más productivos… y consecuentemente menos insuficientes.

 

Es necesario estimular el auto-desarrollo de los habitantes rurales

 

Adoptando tal estrategia, la acción prioritaria de los gobiernos consistiría en crear las condiciones para desarrollar las potencialidades latentes de los ciudadanos rurales, elevar su auto-estima y estimular sus iniciativas en pro de la autogestión y del asociativismo. Todo ello, con el propósito de generar voluntades y capacidades locales de auto-desarrollo individual, familiar, productivo y comunitario.

 

Es necesario que los gobiernos se hagan cargo de esta nueva educación orientada a disminuir las dependencias y vulnerabilidades de las familias rurales. Porque desafortunadamente, muchos de los padres de familia no están en condiciones de enseñar a sus hijos estos nuevos conocimientos y actitudes; ya que gran parte de ellos mismos ni siquiera tuvo la oportunidad de adquirirlos. Los servicios de extensión rural tampoco han podido cumplir esta tarea de manera satisfactoria, porque están muy debilitados. Entonces ¿Quien podrá hacerlo?

Existe, afortunadamente, una institución que siempre está presente en el medio rural, generalmente impartiendo la enseñanza del primero al octavo o noveno año: la escuela básica rural.

 

Históricamente esta institución ha contribuido al desarrollo de las familias y las comunidades rurales. Sin embargo, ella cuenta con un enorme potencial que no ha sido aún adecuadamente aprovechado para dar una mayor y mejor contribución al siguiente objetivo: formar egresados con conocimientos, habilidades y actitudes, a fin de que ellos quieran, sepan y puedan actuar como eficientes buscadores y "aplicadores" de soluciones a los problemas existentes en el medio rural. Consecuentemente dicha escuela, previa reformulación de sus planes de estudios, se presenta como una de las instituciones con mayor potencial para asumir esta importante tarea. Entre otras razones porque:

 

- La escuela básica es prácticamente la única institución pública de carácter permanente que está presente en la mayoría de las comunidades rurales.

- Para muchos habitantes del campo el paso por la referida escuela es una de las más importantes oportunidades de sus vidas para adquirir las competencias que, en el mundo contemporáneo, son indispensables para sobrevivir económicamente de la agricultura.

 

Es necesario, por lo tanto, sacar el máximo provecho de esa gran oportunidad, porque tal medida puede ser llevada a la práctica de inmediato, inclusive por los gobiernos mas debilitados y empobrecidos.

 

De hecho, varios gobiernos latinoamericanos ya están promoviendo cambios para mejorar la calidad de la enseñanza básica. Sin embargo, esas reformas no están contribuyendo a satisfacer las necesidades propias de los agricultores ni a solucionar los problemas específicos del medio rural. Entre otras razones porque esta "nueva" educación apenas está formando personas con más conocimientos; pero no está formándolas con los conocimientos, habilidades, valores y actitudes adecuados a las necesidades de vida y de trabajo, que ellas enfrentan en las actividades cotidianas de sus hogares, fincas y comunidades rurales.

 

Aunque reconocidamente necesarias y urgentes, las reformas de la educación básica rural aún están siendo inhibidas y/o dificultadas por los siguientes problemas:

 

Primer Problema: Pensar que cualquier adecuación curricular depende, tal como ocurría antiguamente, de la iniciativa, de los complicados trámites administrativos y de la decisión de las altas esferas del ministerio nacional de educación. Tal desinformación inhibe las iniciativas de quienes podrían y desearían impulsar la reforma, empezándola en las propias comunidades rurales.

 

Afortunadamente en muchos países, los gobiernos nacionales ya han adoptado medidas de descentralización, desconcentración y delegación educativa; y los que aún no lo han hecho están empezando a hacerlo. Esta descentralización permite que gran parte de los contenidos curriculares de las escuelas básicas rurales sean diseñados a nivel municipal con la participación de la comunidad; ésta, por estar más próxima de los problemas cotidianos de la vida rural, tiene un mejor conocimiento "vivencial" de las necesidades de los habitantes del campo. Esto significa que las adecuaciones curriculares pueden ser efectuadas por las autoridades municipales y maestros de las escuelas de las propias comunidades rurales y con la participación de varias instituciones tales como las agencias de extensión, ONGs de desarrollo rural, cooperativas y asociaciones de agricultores y los integrantes de las cadenas agroalimentarias.

 

En el mundo contemporáneo las empresas que ofrecen productos o servicios necesitan ''consultar al cliente". Las escuelas básicas rurales también deberán hacerlo, consultando a las instituciones de su entorno. Los oferentes y demandantes de la educación municipal podrían así sacar provecho de la referida descentralización.

¿Por qué es necesaria la participación de los no educadores en el diseño de planes educativos?

 

Porque son precisamente ellos los que están en mejores condiciones de traer los problemas del mundo rural al interior de la escuela, a fin de que ésta enseñe contenidos que ayuden a solucionarlos. Asimismo son ellos quienes pueden proponer, con mayor realismo y objetividad, que conocimientos, habilidades y actitudes necesitan adquirir los niños rurales; para que, después de egresados, puedan ser productores rurales más eficientes y menos dependientes o vulnerables en sus relaciones con los intermediarios, las agroindustrias, los super e hipermercados y otros. Por estas razones, los problemas de la educación básica rural ya no deben ser resueltos exclusivamente por los protagonistas tradicionales del sistema centralizado de educación formal; máxime si dichos protagonistas no tienen vivencias de la problemática rural. Los no educadores, en defensa de sus propios intereses, necesitan asumir una mayor participación en el mejoramiento de la educación básica rural.

 

Lo anterior requiere una colaboración recíproca entre educadores y usuarios de la educación. Será más fácil lograr esa acción conjunta a nivel municipal; desde abajo hacia arriba y no necesariamente desde arriba hacia abajo; en las propias comunidades y no necesariamente en la capital del país o de la provincia/ departamento/ estado.

 

Segundo Problema: Con la buena intención de hacer la reforma educativa ideal, varios países latinoamericanos están invirtiendo demasiado esfuerzo y tiempo en diseñar reformas muy amplias y profundas. Estas, debido a su complejidad y alto costo, difícilmente pueden ser llevadas a la práctica, con la urgencia requerida por el mundo rural; porque los gobiernos están debilitados, "desfinanciados" y fuertemente endeudados. Mientras ello ocurre se está desperdiciando la oportunidad de hacer la reforma educativa posible.

 

En un mundo tan competitivo como el actual, el impacto que la reforma educativa pueda tener en el desarrollo rural dependerá, en gran medida, de la rapidez con que se la ponga en marcha. Serán premiados por las oportunidades de la globalización los agricultores de aquellos países que hagan la reforma educativa antes que los demás. Los agricultores de los países que se retrasen en la reforma serán, como de hecho ya están siendo, severamente castigados por las amenazas de la globalización.

 

Es por esta razón que resulta imperativo iniciar hoy la reforma que es posible hacer hoy; empezándola por aquellos cambios que, al ser más sencillos y menos dependientes de decisiones y recursos externos, no tienen motivos para que su adopción siga siendo postergada. Es recomendable iniciarla "con lo que se puede hacer y con los recursos que ya están disponibles".

 

Tercer Problema: Considerar que la adecuación de la educación básica rural significa asignar recursos adicionales al sistema educativo, ampliar la cobertura, incrementar la cantidad de horas, días y años de permanencia de los niños en las escuelas, instalar computadoras y mejorar la infraestructura física; así como incluir en las currícula contenidos del mundo contemporáneo (sexualidad, medio ambiente, género, drogas, derechos humanos, etc). Es evidente que estas medidas son necesarias pero debemos reconocer que ellas son insuficientes porque no contienen innovaciones que contribuyan a solucionar los problemas específicos del mundo rural. Esta mayor cantidad de conocimientos que se ofrecen descontextualizados no es suficiente para que dichas escuelas formen egresados que puedan actuar como transformadores de las realidades adversas y como generadores de soluciones para los problemas existentes en el medio rural.

 

Estas reformas necesitan tomar en cuenta la siguiente necesidad que es prioritaria para el mundo rural: reducir el evidente desencuentro y desconexión que actualmente existen, entre lo que se enseña en las escuelas básicas rurales y lo que los alumnos realmente necesitan y desean aprender. La elevada deserción y reprobación en el medio rural no se debe tanto a la falta de recursos o de instalaciones, o a la ineficiencia de los maestros, ni a la baja capacidad de aprendizaje de los niños; sino más bien a que los conocimientos que se enseñan son intrascendentes a su realidad. En gran medida, los alumnos rurales abandonan prematuramente la escuela, porque la educación que se les ofrece no resulta de utilidad.

 

Educación Rural: ¿Para qué? y ¿Para quién?

 

Una educación con contenidos útiles y aplicables es el factor de mayor importancia y eficacia para mejorar la calidad de vida de los seres humanos. Para la absoluta mayoría de los habitantes rurales dicha calidad de vida depende fundamentalmente de su capacidad para producir, incorporar valor y comercializar cosechas, con una eficiencia tal, que les permita elevar sus ingresos para acceder a los satisfactores que acompañan al desarrollo. En tanto no se enseñe a los niños como mejorar la eficiencia de la agricultura, y con ello la alimentación, la salud y los ingresos de los habitantes del medio rural, de poco sirve enseñarles aquellos temas urbanos, abstractos y lejanos que les son intrascendentes.

 

Debido a su temprana incorporación a las actividades agrícolas del núcleo familiar, los estudiantes rurales cuentan con un tiempo limitado para frecuentar la escuela. Es necesario optimizar este tiempo, eliminando de los currícula algunos contenidos que son irrelevantes y descontextualizados de la realidad rural; reemplazándolos por otros que, al ser diseñados a partir de las necesidades propias del mundo rural, tengan mayor utilidad y aplicabilidad en la solución de los problemas allí existentes. Estas escuelas rurales no pueden seguir siéndolo apenas en el nombre. Ellas necesitan adquirir personalidad propia y ser rurales en los contenidos, en los métodos, en las actitudes, comportamientos y valores.

 

Todo lo anterior recomienda "agriculturalizar" y "ruralizar" sus planes de estudios, incluyendo en ellos contenidos, teóricos y prácticos, sobre aspectos de producción agrícola, procesamiento, conservación y comercialización de productos agropecuarios, administración rural, desarrollo comunitario, organización de los agricultores y cooperativismo, higiene, prevención de enfermedades y primeros auxilios, huertos familiares, alimentación y nutrición, educación familiar, etc.

 

Aunque los recursos sean aparentemente muy escasos, no se puede ignorar que la mayor riqueza educativa se encuentra en las propias escuelas básicas. La enseñanza de valores, actitudes y comportamientos necesarios para formar al nuevo ciudadano rural puede apoyarse sólidamente a través que lo que se denomina "curriculum invisible" o "curriculum oculto". Su explicitación y planificación es una tarea que con pocos o ningún recurso externo, puede llevarse a la práctica. En muchos casos es posible obtener valiosos resultados educativos aprovechando los ejemplos positivos existentes en el entorno de la escuela. Tales ejemplos permiten enseñar valores deseables, buenos hábitos y costumbres personales y familiares, actitudes de solidaridad, mejores prácticas productivas y comerciales; y a través de estas referencias, lograr cambios significativos en los educandos.

 

Capacitación in situ y práctica del auto-estudio

 

El mundo rural contemporáneo requiere que el agricultor sea independiente, deseoso de superarse, creativo, solidario y cooperador, eficiente en el uso de los recursos, cuidadoso del ambiente, consciente de los derechos y deberes propios y de terceros. También requiere líderes rurales, capaces de transformar su realidad productiva y comunitaria con calidad y eficiencia. Asimismo se requiere formar nuevas habilidades motrices e intelectuales, con el fin de preparar mejor a los agricultores para la solución de sus problemas cotidianos. Para contribuir al logro de estos objetivos se tiene que crear una cultura y un ambiente escolar que permitan el aprendizaje y el "cultivo" de estas actitudes, valores y comportamientos en la vida cotidiana de la escuela. Es necesario que exista coherencia entre lo que se predica y lo que se practica en las actividades escolares. Afortunadamente muchas de estas innovaciones no requieren de decisiones gubernamentales de alto nivel; pues dependen de los valores, las actitudes y comportamientos de alumnos, profesores y directivos en la escuela.

 

Es evidente que la reforma educativa requiere de la actualización o recalificación de los profesores de dichas escuelas, para transformarlos en formadores de los futuros agentes de auto-desarrollo de las familias rurales. Para ello se requiere la concurrencia de los gobiernos en el financiamiento de este proceso de capacitación. También se requiere la participación de las facultades de agricultura y de pedagogía y de los servicios de extensión rural, en el diseño de programas y materiales que se necesitan para la capacitación de los docentes in situ; porque esta capacitación deberá ser realizada en servicio, con el fin de reducir la necesidad de alejarnos de sus actividades. Estas instituciones – gobiernos, universidades y servicios de extensión rural – podrían también colaborar en el desarrollo de textos sobre desarrollo agrícola y rural, en la capacitación de maestros y en brindarles informaciones sobre direcciones de E-Mail y de páginas Web. A través de estas medidas, de fácil adopción, podrían disponer de material bibliográfico adecuado a sus necesidades y estudiar en sus propios municipios.

 

¿Que tipo de educación necesitan los agricultores y el mundo rural?

 

Al "agriculturalizar" y "ruralizar" los planes de estudios de las referidas escuelas, los futuros agricultores tendrían conocimientos y actitudes que les ayudarían a asumir un mayor y más eficiente protagonismo en la corrección de las ineficiencias de la agricultura y del agronegocio. Otorgando a las familias rurales esta nueva educación, todos los instrumentos clásicos de desarrollo rural – infraestructura, maquinaria, créditos, insumos modernos, garantías de comercialización, servicios sociales, etc. – serían más eficaces, al ser utilizados con mayor eficiencia por sus beneficiarios.

 

Es conveniente recalcar que la deseable universalización de la educación debe tomar en cuenta el contexto en el cual se aplica y los intereses de las familias y las comunidades rurales. En nombre de una universalización mal entendida se ha "educado" a los niños del medio rural para que admiren un mundo que no es el suyo, con toda la carga de valores e ilusiones que esto significa. Cuando crezcan, evidentemente creerán que su realización personal deberá ser buscada y encontrada fuera del medio rural. Las consecuencias de esta equivocación se manifiestan a través del éxodo rural que produce la deplorable miseria imperante en las periferias urbanas. El mundo rural necesita de escuelas básicas que valoren y dignifiquen a los agricultores; que enseñen a los niños a identificar los recursos y las oportunidades de desarrollo existentes en su propio medio; que les enseñen a transformar las potencialidades allí existentes en actividades económicamente rentables que generen trabajo e ingresos para sus familias, en sus propias unidades productivas y comunidades.

 

En resumen, el mundo rural está necesitando de una educación básica rural más realista e objetiva; con contenidos curriculares más pertinentes y más funcionales a las necesidades laborales, productivas y familiares que caracterizan el medio rural. En otras palabras, una educación con contenidos más útiles, que las familias rurales puedan aplicar en la solución de sus problemas cotidianos… y con métodos que desarrollen las potencialidades latentes de los niños de estas comunidades y les ayuden a transformarse en eficientes protagonistas del agronegocio y del desarrollo rural.

 

Para concluir, un testimonio alentador:

 

"En el trabajo voluntario que ejecuto en las escuelas rurales he recibido poco reconocimiento y apoyo institucional. En compensación, no logro describir mi satisfacción cuando, al ingresar en dichas escuelas, veo la sonrisa de los niños y la bulla que ellos hacen. Tal vez porque saben que los sacaré del aburrimiento del aula y los llevaré al campo para que aprendan a hacer cosas útiles, ejecutándolas ellos mismos; o tal vez porque voy a abordar temas que dan respuestas a sus aspiraciones e intereses. Que Dios bendiga a los niños… y también a aquellos que se preocupan en desarrollar sus potencialidades y ofrecerles oportunidades para que ellos mismos puedan solucionar sus problemas. (Zootecnista Manoel Simões de Barros, Extensionista de la EMATER-MG en el municipio de Ponte Nova, estado de Minas Gerais - Brasil.)"

Anexo:

 

Posibles etapas para una reforma con participación popular

 

1) Constituir un Comité Municipal de Educación Rural-CMER-organismo colegiado que encabe-zaría el proceso de reforma de la educación básica rural. Es recomendable que este comité lo integren, entre otros, representantes de los productores agropecuarios, de los padres de los alumnos, de las agencias gubernamentales responsables del desarrollo rural y del ministerio de educación nacional o provincial/ departamental/ estatal. Será conveniente que el Comité sea presidido por el alcalde municipal.

 

2) Reunir a padres de familia, agricultores, instituciones de educación, agencias de desarrollo rural, ONGs y otras relacionadas con este tema, para proponerles una acción conjunta de reforma curricular; y para escuchar sus opiniones y expectativas sobre la formación de los graduados. Al convocarlos para la reunión será conveniente que el CMER les adjunte una propuesta preliminar de reforma curricular con el fin de que ellos estén mejor informados para discutir el tema. Es recomendable que en esta reunión se empleen métodos que garanticen la participación de todos los asistentes; entre otras razones porque de ello dependerá el grado de compromiso que asumirán al momento de ejecutar la reforma. Al final de la reunión deberá redactarse una acta de las deliberaciones y nombrarse una comisión provisoria que elaborará una propuesta de reforma del programa de estudios. Esta etapa puede realizarse individualmente en cada escuela, con grupos de ellas o con todas las escuelas rurales del municipio, dependiendo de las condiciones locales. Lo importante es que puedan participar los agricultores y los padres de familia de todas las comunidades de cada escuela.

 

3) En base a las opiniones recogidas en la(s) reunión(es) la comisión nombrada para la elaboración del programa de estudios lo diseñará y someterá a la aprobación del referido CMER.

 

Ofrecimiento: críticas a este artículo y solicitudes de textos gratuitos que fundamentan su contenido serán bienvenidos a través de las siguientes direcciones de e-mails:

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Páginas Web de Polan Lacki:

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